«Hay que comerse el mundo a dentelladas» de Alberto García-Teresa

(…)

Vivimos en un mundo

en el que nuestros latidos

están devaluados

Fragmento del poema «La luz perdida» de Alberto García – Teresa

 

Hace unos días, terminaba de leer “Hay que comerse el mundo a dentelladas” (2008) de Alberto García – Teresa, una de sus primeras obras como poeta. Digo como poeta, porque también es teórico, es Doctor en Filología (https://www.albertogarciateresa.com/biografia.html). Mi interés hacia su trabajo arranca en base a leer su tesis y estudio sobre “Poesía de la conciencia crítica”, un movimiento que ha desarrollado y definido. Descubrirlo, para mi fue un eje importante de dos formas: para definir la poesía expandida de diferentes autores (https://www.claralcantos.es/proyectos/jornadas-de-poesia-expandida/) y descubrir muchos otros.

Lo que la poesía hace incesantemente es aproximar lo lejano, conectar lo desconectado, establecer vínculos que antes no existían (García-Teresa: 2013: 64)

Poesía de la conciencia crítica es un movimiento que plantea la poesía como un posicionamiento de resistencia, ocupa estos parámetros para reivindicar a través del poema, como plantea Alberto García-Teresa en el libro Poesía de la conciencia crítica (1987 – 2011), donde define este término en un crecimiento paralelo a los aspectos sociales, políticos y espaciales institucionalizados. Estos poemas se nutren de extrañamiento y otredad como posicionamiento y acto de resistencia.

La poesía de la conciencia crítica; una poesía que, frente a los métodos de poder de silenciamiento e invisibilización de los conflictos sociales, frente a los medios de control de pensamiento en las sociedades democráticas y el arraigo de una cultura de la novedad, de la tecnología y de lo visual, pone de manifiesto el conflicto socioeconómico y político con retóricas y estéticas muy diversas y de una manera vertebradora en sus versos, puesto que sus autores se niegan a continuar siendo cómplices con el estado actual de la sociedad. (García-Teresa, 2013: 24)

Entendemos que la escritura es política. Y, así, nos oponemos a determinadas estéticas aceptables, y aceptadas, por el poder institucional, cuyo fin consiste en enmascarar las situaciones – ineludibles- de conflicto. (García-Teresa, 2013: 25)

Es el primer estudio de este movimiento de la poesía española tan relevante, que engloba a los autores fundamentales definiendo las características de este género. Os animo a descubrirlo ya que encontraréis una poesía que se derrama por las calles, atiende a tu vecino/a, y con su acción cotidiana nos señala otras direcciones y motivos que desatendemos día a día. Añadir, que García-Teresa no ha dejado de investigar y ser propulsor de otros estudios y publicaciones que tienen como finalidad documentar y hacer historia de este género.

Por todo esto, tenía muchas ganas de leer sus primeros poemarios (y ahora leer los siguientes), para encontrar ese germen de acción poética, cómo describe esa mirada y por donde nacen esos impulsos. “Hay que comerse el mundo a dentelladas”, nos dice, “con recobles de actos y pasiones / con puños de carcajadas”: elevar la conciencia y gritar la injusticia que sufre el más vulnerable o el que no tiene voz, percibir lo invisible, o más bien lo que las corrientes del capitalismo actual, hace invisible, “No ceder terreno nunca al terror y la ignorancia”. Os dejo este poema lleno de fuerza y ánimo para levantar la vista y encontrar este tipo de poesía.

 

HAY QUE COMERSE EL MUNDO A DENTELLADAS

Hay que comerse el mundo a dentelladas

Hay que sacar los dientes, pulirlos,

Clavarlos con ahínco y rabia.

 

Hay que comerse la vida a dentelladas;

 

con mordiscos secos, intensos,

de puro y reluciente hueso.

Con bocados de corazón hambriento.

 

Hay que defender el mundo a dentelladas.

 

Hay que danzar entre rechinar de espadas;

de espadas a pecho descubierto.

Hay que vivir en permanente guardia,

defendiendo la vida cuerpo a cuerpo,

defendiendo la vida cara a cara.

 

Hay que descubrir la vida a dentelladas.

 

Hay que desenterrar estrellas de la arena,

hay que dibujar trazos de arco iris con los dedos

manchados por la rutina, el trabajo y el tedio.

Hay que apartar niebla de las cabezas

con gritos de silencio y de conciencia.

 

Hay que sumergirse en el mundo a dentelladas.

 

Hay que escurrirse de las sombras sonoramente,

con estruendo de ideas y palabras.

Hay que escurrirse sonoramente

Con redobles de actos y pasiones,

Con puños de carcajadas.

 

Hay que atacar la vida a dentelladas;

 

Caminar en la penumbra precaria,

caminar frente al poder y las pirañas.

No ceder terreno nunca al terror y la ignorancia.

Levantar la vista ácida hacia el mañana.

 

Hay que acariciar la vida a dentelladas;

 

arrebatarles el tiempo robado cada jornada,

esparcir abrazos entre timbres y pagas,

regalar ternura y devolver pedradas.

 

Hay que comerse el mundo a dentelladas.

 

Hay que comerse el mundo a dentelladas.

Alberto García – Teresa