Clara López Cantos
Ligero de equipaje. Vida de Antonio Machado
Uno de los libros que he leído esta cuarentena fue la novela gráfica “Ligero de equipaje. Vida de Antonio Machado” de Ian Gibson y Quique Palomo. Cogí este libro con especial cariño, ya que me lo regalaron unos buenos amigos como regalo cuando terminé el doctorado. Esta obra hace un recorrido por las principales vivencias del poeta, además de documentar su contexto histórico en referencia a sus poemas.
Destacar, la ilustración de Quique Palomo que nos presenta una estética sencilla pero que casi se huele… A través de un ocre particular, entremezclado con trazos negros que nos induce a disfrutar de la atmósfera de los poemas de Machado, esos campos de Castilla, que funcionan como hilo conductor por medio de ese color característico. También mencionar la labor de Ian Gibson en la que ha rescatado y cosido con gran genialidad los fragmentos de una vida poética.
Antonio Machado, representante de la generación del 98, en el que se destaca su gran compromiso humano. Personalmente, me ha sorprendido como pensaba en la guerra, le dolía como si le atravesara un muro por dentro. Le dolía España, y luchó contra la injusticia también con su obra. Fue un refugiado, como muchos otros tantos intelectuales de su generación, a los que quisieron poner a salvo y dieron facilidades para que emigraran y que huyeran de lo que aguardaba el régimen franquista para ellos.
Con las palabras y sensibilidad de Machado, hoy, en esta situación del Covid en la que el miedo ha invadido nuestras casas, me lleva a pensar que ese “miedo” en cierto modo, es compartido, en el sentido de huida de algo. Y que por fin, muchas personas podrían comprender lo que significa hacer lo necesario para evitar el peligro, evitar la muerte. Los españoles hemos sido refugiados, y nadie sabe si podemos volver a serlo en un futuro. Hemos sido refugiados confinados… ¿Cómo estarán los refugiados confinados en un campamento con las condiciones sanitarias mínimas? ¿Saldremos nosotros de nuestro confinamiento particular para empatizar con el que huye?
MEDITACIÓN DEL DÍA
Frente a la palma de fuego
que deja el sol que se va,
en la tarde silenciosa
y en este jardín de paz,
mientras Valencia florida
se bebe al Guadalaviar
– Valencia de finas torres,
en el lírico cielo de Ausias March,
trocando su río en rosas
antes que llegue a la mar -,
pienso en la guerra. La guerra
viene como un huracán
por los páramos del alto Duero,
por las llanuras de pan llevar,
desde fértil Extremadura
a estos jardines de limonar,
desde los grises cielos astures
a las marismas de luz y sal.
Pienso en España vendida toda
de río a río, de monte a monte,
de mar a mar.
Antonio Machado
Valencia, febrero de 1937